lunes, 21 de agosto de 2017

Pasar página

Les dejo unas letras estivales, deseando pasar página...


Pasar página

Cuando estudiaba me costaba mucho concentrarme. El tiempo que dedicaba a estudiar las asignaturas era infinitamente menor al que perdía preparándome, dando vueltas, o encontrando mil excusas para distraerme.

Llegué a la conclusión de que, si me costaba pasar página, reduciría esa situación a la mínima expresión. Así que me preparaba esquemas, resúmenes y escritos en letra pequeña, para pasar página lo menos posible. No debió ser mala estrategia porque, mal que menos, fui aprobando.

A la hora de pasar página en mi vida me pasa un poco igual. Me cuesta darle la vuelta a la hoja, y lo que es peor, vuelvo a páginas anteriores porque no retengo lo leído. Vivo en una sensación de "deyavú" constante.

A veces me pregunto el por qué de ese miedo a la siguiente página, si será al horror vacuí de una página en blanco, al eco que me devuelve el vacío de mi hueca cabeza, a lo que pueda encontrarme a la vuelta del papel, a lo que quiera contarme la siguiente hoja.

Ante algún problema, cuando discuto con alguien, o cuando una relación se acaba o cambia, releo una y otra vez la misma página, escrutando cada línea, pensando en qué es lo que he hecho mal... Y más a menudo de lo que me gustaría, aprendo de memoria párrafos de mi vida que me acompañan y me castigan, sin vuelta de hoja.

Tendré que aprender a pasar página. Mira que es un gesto fácil. Me encantaría hojear mis papeles, mis documentos y mis recuerdos sin clavar la mirada en la nostalgia, y que merezca la alegría, más que la pena, pasar página.

No hay comentarios:

Publicar un comentario