martes, 9 de febrero de 2016

Desalmado

Desalmado

Por fin lo había conseguido. Le había costado años, pero por fin había acabado su obra. No fue fácil. Hubo quien se resistió mucho, quien no se podía creer que la persona que había conocido se convirtiera en un monstruo semejante.

Al principio le costó. Aún tenía reminiscencias, remordimientos al dañar a la gente. Sentía pena, temor a la soledad, a las consecuencias de sus actos, o simplemente sentía, lo cual era un impedimento. Poco a poco fue eliminando el factor emocional de sus decisiones, y acabó resultándole más fácil provocar dolor.

Dejaba a la gente en la estacada. Mentía en su propio beneficio, o por el mero hecho de engañar a cualquiera. Provocaba disputas entre sus amigos y conocidos, sembraba la semilla de la discordia y provocaba malestar en las personas que se acercaban a él, fueran cuales fueran sus intenciones.

Trataba mal a los niños, y reprochaba a los padres su mala educación. Se mostraba cruel con los mayores, haciendo ver sus carencias y su decadencia. Siempre tenía una palabra con la que sacar de quicio a la gente, y se volvió hábil en el arte de buscar el punto débil de las personas, para acertar con pocas y certeras puyas en el corazón de esa debilidad.

Hubo quien intentó aclarar algún problema con él, y asistió a arrebatos de furia y a negativas reiteradas a dar explicaciones. "Yo soy así", solía decir. "Pero antes no lo eras", le reprochaban quienes se atrevían a enfrentarse a esa sentencia. "Bueno, pues ahora sí. Si no te gusta, ya sabes".

Como podría esperarse, la gente empezó a hacerle el vacío. Nadie quiere tener a su lado a alguien que le miente, le grita y le hace sentir mal por sistema. Y sistemáticamente, se fue quedando solo. Los pocos seres queridos que le aguantaron, ya sea por vínculo familiar, o por amistad duradera, fueron aumentando el tiempo entre sus visitas y la distancia en sus relaciones, quizá buscando que se diera cuenta de su mal comportamiento.

Finalmente, cuando sólo le quedó un amigo, se vio en la disyuntiva de elegir: La soledad absoluta, o conservar ese único lazo con su vida social. Se vio tentado de mantenerlo, pero le dio miedo volcar sobre alguien tamaña responsabilidad. Además, a estas alturas, ya le salía natural tratar mal a la gente. Y aunque su único amigo, en una actitud que rozaba lo masoquista, seguía viéndose con él, le hastiaba su falta de respuesta. Así que cortó la unión con el último bastión de su sociabilidad. Al mandarle a paseo, su viejo amigo le dijo lo que tanto había buscado: "Eres un desalmado, acabarás solo".

Era justo cuanto necesitaba. Y lo hizo sincronizando sus actos a la perfección. Aún le dio tiempo de redactar su testamento, donar lo que sobrara de su cremación a alguna causa benéfica, y escribir una sencilla carta al juez. "No se extrañe de que nadie llore por mi alma, ya me encargué yo".

domingo, 7 de febrero de 2016

Equilibrio



Equilibrio

Siempre he buscado el equilibrio.

Curiosa premisa para alguien
que tropieza con la misma piedra
una y otra vez
hasta cogerla cariño.

Las discusiones me crispan
Los desencuentros me pierden
Pago por no discutir
y discuto por pagar la cuenta.

Sufro por amor, cuando habría que gozarlo
y disfruto del dolor
cuando me regodeo en mi tristeza.

Son formas como otras cualesquiera
de equilibrar la balanza.

Me balanceo entre mi cordura,
entre la eterna duda, y dura
mi asomar al abismo
y asombran las ganas de precipicio
de precipitarme, cuando el vértigo
me viene siempre que despego
los pies del suelo
y el corazón de mis huesos.

Busco fuera el equilibrio
que no encuentro dentro
y caigo al pozo sin fondo
de mis propio días sin cuentos
ni versos, ni flores
ni recuerdos.